Columna de Opinión

Descentralización: el aporte desde la educación

Daniel Solis Igor

Rector, Centro de Formación Técnica región Antofagasta

El paisaje es muy familiar y conocido, tanto así que el acostumbramiento de a poco nos ha conducido a la abulia. Que Chile es, si no el que más, uno de los países más centralizados de América Latina considerando su tamaño, número de habitantes y producto interno. Que tenemos una institucionalidad pública uniforme, vertical y centralizada. Que normalmente se proporcionan respuestas estandarizadas a problemáticas locales y muy singulares que terminan generando una relación beneficio/costo cada vez más desmejorada. Y la lista puede ser mas larga.

 

Refrendado en un reciente estudio de la OCDE en 2017, existe un acuerdo general que la centralización es un gran problema y un verdadero freno al desarrollo de cualquier sociedad. Es por lo mismo que nuestras autoridades políticas han reconocido este hecho y están encauzando sus esfuerzos para dar efectivos golpes de timón que nos permitan cambiar el actual rumbo equivocado. Fruto de lo anterior es la discusión profunda y no exenta de problemas que dio origen a la Ley que permitirá pronto, la elección de Gobernadores Regionales vía alecciones libres, secretas y pluripartidistas. Lo anterior más el cuerpo legal que entrega nuevas y más completas atribuciones a esta naciente autoridad, permitirá ir generando las condiciones para una toma de decisiones en base a los reales intereses y necesidades de cada región del país. Solo recordar que hoy, en promedio, aproximadamente el 20% del total de fondos invertidos en una región son vía FNDR y el 80% restante son inversiones aprobadas mediante una definición centralizada y sectorial.

 

Como se puede ver, ad portas tenemos un gran desafío y para ello hay que prepararse. ¿Cuál es el rol que las instituciones de educación superior deben asumir en este proceso de gradual de descentralización? ¿Cual el rol del Estado? Sin ninguna duda y fieles al cumplimiento de sus respectivas misiones institucionales, el rol de las IES seguirá siendo profundizar la generación de conocimiento avanzado y capital humano especializado en el contexto de una economía donde la producción de ideas e intangibles y la creación de valor funcional-estratégico, gradualmente van imponiéndose sobre otras formas de industrias. Y desde el Estado, la creación de una institucionalidad que facilite dar cumplimento a dichas misiones institucionales y la apertura de nuevos espacios de formación que amplíen las posibilidades de ingreso de más personas a la educación terciaria. Un ejemplo concreto es la ley que dio origen a Centros de Formación Técnica regionales, entidades autónomas y descentralizadas que buscan apartarán llevando formación académica a todo el país y a territorios hoy desatendidos.

Skip to content