Columna de Opinión

La roja en Calama: Nuestra ventana al mundo

Rubén Salinas Soto

Periodista, Centro de Formación Técnica Estatal de la región de Antofagasta

Si bien aún falta la oficialización de la FIFA, el partido por las Clasificatorias a Qatar entre Chile y Argentina se jugará en Calama, este será el primer encuentro oficial en camino a un mundial de fútbol en que la selección chilena salga de Santiago, hito histórico para el fútbol nacional, pero también para esta “Tierra de Sol y Cobre”.


Serán cientos de países conectados a la transmisión, millones de personas escuchando y viendo imágenes de Calama, y es ahí donde nos debemos preguntar ¿Qué ciudad queremos mostrar al mundo? Si bien la ocupación hotelera, restaurantes, trasporte y comercio en general vivirá días dorados, el desafío es hacer que esa atención mundial siga en el tiempo, pero para eso, debemos ser más que minería.

A poco más de un mes de la llegada de La Roja, aún no vemos mesas de trabajo, mejoramiento vial, campañas turísticas u ofertas de viajes para conocer Calama más allá del partido de fútbol, es aquí donde la autoridad, agrupaciones, gremios y la ciudadanía cumple un rol importante, donde las mesas de trabajo podrían dar frutos importantes para mostrar a Sudamérica y el mundo lo que somos, un oasis en medio del desierto más árido del mundo con atractivos inigualables.


Porque el desafío más grande que tendremos como ciudad será atraer y encantar al mundo fútbol para que conozca nuestra cultura, nuestros referentes, porque los días previos al partido los canales de televisión de todo el continente estarán con despachos en vivo mostrando la ciudad, su gastronomía, artesanía y también el estadio y sus alrededores.


Hoy debemos centrarnos en preparar la imagen ciudad, y eso significa resaltar los hitos deportivos, tanto en la historia de Calama como de Chuquicamata, resaltar la rica historia y costumbres de nuestros pueblos originarios y de cómo la minería con el paso de los años se transformó en el motor económico del país. Si logramos resaltar las cualidades como ciudad, los miles de calameños que están fuera saldrán orgullosos a ratificar lo que es esta zona, y otros miles tendrán la necesidad y ganas de venir a esta tierra a conocerla y vivir la experiencia del desierto.


Pero para lograr todo lo anterior se necesita unión, se necesita trabajo y ganas de cambiarle la cara a Calama. Hoy es clave dejar las diferencias de lado y avanzar, porque más allá de lo que será el partido de fútbol, el 27 de enero puede ser el día en que esta zona deje su rótulo de campamento minero y pase a conocerse como el oasis del desierto.


Si el partido fuera mañana, Calama pasaría a ser solo una anécdota en medio de las clasificatorias, por la particularidad de la altura y el desierto, pero sin sembrar nada pensando en el futuro.

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