Rector, Centro de Formación Técnica región Antofagasta
Es una palabra simple y sin embargo implica una de las acciones mas delicadas e importantes de las relaciones humanas. La confianza hace referencia a la creencia, la esperanza y la fe persistente que alguien tiene respecto de otra persona, de alguna entidad o grupo en que será idóneo para actuar de forma apropiada en una determinada situación o circunstancia. Este valor puede verse más o menos reforzado dependiendo de las acciones de las personas, las que actúan haciendo las veces de retroalimentación respecto de lo que se espera de ellos. En general, en un ambiente donde predomina el respeto y la sinceridad podemos ver zonas de florecimiento de la confianza y cercanía entre los actores sociales que permiten construir relaciones duraderas o proyectos potentes.
Pero cuando asoma, aunque pequeño, un leve signo de incomodidad, de reacciones negativas y no esperadas y de rebeldía frente a lo socialmente aceptado como estable, comienza a formarse un manto de inseguridad respecto de las acciones futuras, primero en la forma de aprensión e instalándose finalmente la suspicacia como forma de desconfianza total y habitual.
Hace un par de semanas vivimos un suceso político administrativo relevante en nuestro país: en solo un fin de semana y en un ambiente mayormente de confianza y respeto, fuimos capaces de elegir a nuestras nuevas autoridades, a quienes les encomendamos la gestión de distintas unidades del Estado y la implementación de políticas públicas que nos benefician a todos. A reglón seguido fuimos testigos de algunas declaraciones incendiarias y beligerantes por parte de algunas personas que recibieron el mandato ciudadano supremo de dedicarse a pensar y proponer la nueva Constitución para nuestro país que regirá a las próximas generaciones. Cuando escucho a algunos Constituyentes arrogándose funciones que no les pertenecen (al menos no aún), procurando doblegar la ley actualmente vigente o condicionando el mandato que legítimamente la ciudadanía les dio por medio de su voto, exigiendo cuestiones contrapuestas al ordenamiento jurídico y sublevando posturas extremas, entonces pienso que la confianza es un valor crucial para construir estabilidad, credibilidad y futuro y puede deteriorarse en la medida que tales posturas permanezcan y se polaricen, lo que terminará dañando irremediablemente las relaciones de confianza que construimos como sociedad a través de un proceso democrático con reglas conocidas y aceptadas por todos. Es nuestra función como ciudadanos informados y activos, cautelar que este importante proceso se realice sin las presiones o chantajes que algunos pretenden enarbolar como banderas de lucha sociales.